¿Qué te voy a decir que no sepas? A ti,
que has sido mi confidente todos estos años.
Gracias por escucharme atenta.
Gracias por responderme, silenciosa, todas mis preguntas.
Por dejarme estar y no exigirme cuando no tengo nada para darte.
Por abrazarme cuando sí sin reprocharme la espera.
*****
Paciente me hiciste saber que creías en mí
y construí un imperio de papel a tu nombre y con tu ayuda.
Fue cuando entendí que lo importante son las historias,
algunas por alguna razón quedan grabadas en nuestra memoria.
*****
Entonces te utilicé de laboratorio. Diseccioné frases.
Busqué almas donde no debía y que tu dios y el mio nos perdonen.
Creamos constelaciones, galaxias y mundos.
Lo hicimos tu y yo solos, lo hicimos tu y yo juntos.
*****
Si tus tachones revelarán los secretos que escondo,
si los garabatos de tus márgenes cobraran vida,
no me extrañaría ni un momento.
A veces sentía que eras tú quien me escribía cuando quedábamos.
*****
Por último, pedirte disculpas por haber tardado en visitarte.
Empezaba a preguntarme si realmente existes
o solamente habíamos sido parte de uno de tus sueños
y tu imaginación había decidido olvidarnos.